Síndrome Pacayana

      Bueno... alejada de los blog hace sus buenos años (si, alguna vez tuve uno que abandone a su suerte), han pasado los años y ha regresado esa incontenible ansiedad por expresar mi parecer sobre ciertas cosas.

      Este espacio, lo que yo he denominado el "síndrome Pacayana", viene a mi imaginarios a razón de un cuento que solía escuchar cuando era enana, el cual consistía principalmente en una araña muy golosa que era invitada a dos banquetes que eran a la misma hora, a lo que ella disponía a un amigo en cada banquete, se amarraba una cuerda a la cintura y daba un extremo a cada amigo para que ellos tironearan cuando empezaran a comer en cada fiesta, para ir de un extremo a otro sin perderse nada. Bueno, cortamente, el desenlace del cuento es que a la pobre Pacayana la tironearon tanto de cada lado que quedó con una diminuta y envidiable cintura. Desde ese día las arañas poseen la cintura que las caracteriza... SIN EMBARGO, no es por la inminente gula que me refiero al síndrome de Pacayana, sino haciendo referencia a esa, a veces incontenible, necesidad  de no perderme nada, de estar atenta a lo que me rodea, de valorar hasta las cosas más simples y tratar de disfrutar hasta el solo hecho de ser... 

       Es de esta forma que se decide abrir este espacio para comentar diferentes cosas de mi interés: social, cultural, artístico, musical, superficial, mental, etc. que a MI parecer deber compartirse para que más personas puedan acceder a ellas (y no pierdan la oportunidad de disfrutarlas) o bien solo por atoramiento e incontinencia mental, debiendo ser volcadas en letras para mi sanidad mental.

Espero que lo disfruten.

¡He dicho!